Esto es una historia de cuando era joven…cuando aún podía mover mi desgastado esqueleto, de cuando por mis venas corría mas alcohol que sangre…de cuando aún no moría, sino era simplemente por vivir…
Corrían los años 90 y yo tendría unos 25 añillos…vivía sola en un cuchitril, bueno…no sola sola…es decir, convivía con una manada enorme de cucarachas…había una que era tan grande que le puse nombre, Chimay, era marrón, pero no volaba, el primer día en el que alquilé ese piso le corté un ala con el palo de la escoba…luego fuimos intimas…
Recuerdo esta historia con tantos detalles que mi morbo aún se despierta…nostalgia cachonda se podría llamar, pero hizo un efecto mariposa y a lo largo de mi vida, cada vez que me quitaba las braguitas, recuerdo aun su boca bajándome la cremallera de mi corsé…pero bueno…iré poco a poco…jeje…
Yo ahorré para comprarme una guitarra…y ese fue el principio de mi fin…es decir, me condené a la lujuriosa y pecaminosa vida que lleva un rockero en las venas, esos punteos que de memoria me sabia, sin partituras, sin reglas, me llevaron a que conociera a Luis, y Luis me llevó a que tocara en su grupo, y su grupo me llevó a la más cuerda de las locuras, a la más maravillosa de las aventuras, a la más mágica tortura…
Empezamos a componer nuestras propias canciones, el grupo estaba formado por Luis (guitarra), Antón (bajo), Jose (batería), Joaquín (compositor y cantante) y yo…como guitarra también, aunque dejaba mucho que desear…creo que solo me incluyeron por mis tetas, que por aquellos días eran perfectamente turgentes y vigorosas…
En fin, creo que no voy a dar más vueltas y voy a ir al grano, quiero decir…mi vida era sexo, alcohol y rock and roll!!! Y a partir de ahí…sin un duro en el bolsillo, malviviendo y con la ropa desgarrada! La desgarraba siempre la pasión, así que molaba, jeje, molaba…esa palabra…jejeje.
Antes de un concierto siempre bebíamos tequila a morro de la misma botella, me tocaban una teta para dar suerte, y salíamos a romper el escenario (literal). Me encantaba, era poderosa, era una explosión de adrenalina, y después, era deseada por cualquier chico del local, podría ligarme al que quisiera…era algo mágico. Esa situación de ser deseada por muchos hacía que aún mas me desearan…y Luis…Luis se moría por mis huesos…eran miradas, era ese acercamiento de guitarras entre el sudor de mi flequillo y el sudor de sus mejillas, eran feromonas volando y chocando entre ellas, para que negarlo, yo sí que me moría por los suyos…
Pero ese día, o mejor dicho, esa maravillosa noche, fue lo que todos llaman pasión sin saber realmente la sensación…fue eso, simple y retorcida…empezó el concierto y todos me tocaron la teta izquierda, menos él, Luis me tocó las pupilas…durante dos minutos exactos, y acto seguido también me tocó el culo, jaja, él era así…salí al escenario temblándome las piernas, y algo mojada, para que negarlo, pues su mano en mi culo hizo que me imaginara su boca en mi entrepierna y mis pensamientos removían todo mi ser… era tan morbosa, y lo sigo siendo…aunque ahora es lo único que me queda…el morbo, y los recuerdos…
Empezamos a tocar y todo pasó, ningún problema en mi cabeza, yo era una diva, y mis compañeros auténticas máquinas musicales que hacían que aquello fuera posible, mi cerveza encima del ampli siempre dispuesta a ser bebida, y Luis al otro lado de Joaquín…Joaquín nos separaba, él sabía que algún día aquello pasaría, pero nunca se imaginó tal espectáculo en directo! Él hacía una línea divisoria entre Luis y yo, creo que también a él le llegaban nuestras energías, jeje, a veces lo vi empalmado mientras cantaba, pero creo que le gustaba la música simplemente…no sé, nunca se lo llegué a preguntar, pero un día sí que se la toqué! ¡Jaja! Fue muy bueno y la verdad que en mitad de un escenario tocarle los huevos literalmente al cantante es la caña…todo el mundo debería probarlo.
Cuando íbamos por la tercera canción y por la sexta cerveza Luis no miraba otra cosa que a mí, yo estaba ya nerviosa pero miraba y tonteaba con Joaquín y con el camarero del garito…cuando terminamos ese tema, antes de la cuarta, Luis cogió el micrófono y me la quiso dedicar…y a partir de aquí, ya nada se puede explicar, me voy a limitar a describir los hechos y punto…Empezó a tocar el con su precioso punteo, después le seguí yo…Antón y Jose a dúo…y antes de que a Joaquín le diera tiempo a enjuagarse la garganta con saliva, estábamos los dos enfrente de unas 900 personas acercando los labios despacito, salivando, tocando nuestras guitarras, sin poder rozarnos con las manos, así que usamos los labios…empezó a besarme y yo seguí cerrando los ojos…tocando al ritmo de un corazón algo roto…era una situación en la que las manos estaban a su rollo, al unísono pero sin poder usarlas, así que me giré para intentar darle la espalda y ahí fue cuando con su boca desabrochó mi cremallera, fue cuando delante de casi mil personas me quedé en sujetador, cuando ví que Luis solo me miraba a mí, Joaquín pasaba de cantar, y estaba empalmado una vez más, y el público entero totalmente entregado…fui por un momento una grupi del grupo, una manzana de caramelo expuesta en el mostrador de una tienda, un majar para Luis…que me quitó la guitarra y se la dio a Joaquín, él siguió tocando, y yo me dejé llevar…Luis me ató con los cables las manos, me subió arrodillada a un pedestal en el centro del escenario, y empezó a darme de beber…desde lo más alto caía el mejor líquido fabricado por la humanidad, fresca y amarga cerveza, se encendió un cigarrillo del que de vez en cuando me daba una que otra calada… empezó a saborear mi cuerpo, paseó su lengua por cada centímetro de mi piel y por delante de casi mil personas, allí mismo, antes de que terminara la canción, me bajó la bragueta, las braguitas, y me hizo tener el mejor orgasmo de mi vida…Y en cuanto terminé solo podía escuchar…¡¡¡otra!!! ¡¡¡otra!!! ¡¡¡otra!!!....
Y con lágrimas de placer en los ojos, no le volví a ver, el grupo se disolvió, pero aquello sí que sonó…y resonó mi propia voz gimiendo en mis propios oídos durante toda mi vida…eso sí que fue una auténtica canción de rock…
Tarni.
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