jueves, 14 de julio de 2011

Primavera que otoñece...

Una reina que libera a sus súbditos,
desterrada de sus dominios, por petición propia,
liberada de sus cadenas, y encadenándose a otras…
aliada a otra reina, le aúlla a la luna llena
comiendo fresas con nata espera como un animal malherido
a que su mente enfermiza se aclare
como una caperucita roja sin lobo camina por senderos de bosques frondosos,
sin preocupaciones, aburrida, no hay misterio, pero tampoco miedo…
Y en un desierto, atardece de nuevo,
un mes más, un mes menos,
un día más que intenta como sea contar, y todo sigue igual…
nada es lo que parece, arañazos que no florecen,
y una primavera que otoñece…
fuego de velas encendidas que ni se mueve,
la luna sigue su ciclo y de nuevo desaparece,
y al lado de un rio su imagen brilla,
ojos que relucen, mirada bailarina,
pendientes de plata falsa, ojeras que delatan su alma,
pensamientos ridículamente fogosos rodean su vida,
y así, muerta de risa, se quita su corona, relame la espuma de sus labios,
se baña desnuda, y nada libre, con sus braguitas como bandera, por su rio de la vida...

Tarni.

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