jueves, 14 de julio de 2011

Sensaciones (incompleto)

Sensaciones que rodean cada centímetro de mi cuerpo
y cada recoveco de mi mente,
luchando contra ellas cada momento
presentes de forma permanente,
una tras otra se pasea, intentando que no dominen mi particular escalera…
en el primer escalón, me encontré a la soledad,
me dijo que hasta ella me abandonaba, que subiera rápido si no quería hacerla gozar,
era una trampa, pues me agarraba con fuerza, me fui acostumbrando,
y me tropecé con la desidia, me despeinó y me pintó ojeras de por vida,
me comentó que la tristeza iba con ella de la mano, que se paseaba siempre en días inesperados, lluvia gris pintaban mis mejillas, alma oscurecida, y me dio un cigarrillo,
y ahí fue, donde me encontré con el vicio…en él encontré un gran amigo,
me ofrecía remedios contra todo lo demás, me aferré a él, y derramé neuronas por doquier,
¿Acaso ser su amiga era un fracaso? Ni de coña, fumando y bebiendo vi pasar a la alegría,
ni me saludaba, de lejos me sonreía,
yo seguía subiendo, y por el paseo de los tristes, me paró la melancolía,
miré la Alhambra y detuvo mi vida, y con palabras de Sabina, me susurró al oído…
“al lugar donde has sido feliz no debieras volver”, y sin luchar contra ella, la dejé vencer…
Y el amor…oh! El amor…entró pegando un portazo en el corazón, y de la misma forma se marchó…duró lo que duró, y mientras estaba con él, el mundo estaba a mis pies…dulces caramelos me daba, y yo, golosa, y encandilada, le dejé que él mandara…que error, en cuanto se cerró, vi a la ira, ella no me hablaba, solo miraba mis pupilas, ese silencio me corrompía, a puñetazos la maté, y ella riéndose, sin decir ni mu, se siguió arrastrando sujetada a uno de mis pies…maldita forma de olvidar, maldita forma de conocer al rencor,
que noche tras noche me llenó el estómago de licor, recordando la soledad, odiando al amor, mezclando todas las sensaciones y girándome la cabeza hacia atrás a tirones…
Hasta que un día, vi pasar de nuevo a la alegría, la perseguí corriendo, hasta encontrar a la agonía, que ni le hice caso, seguí ascendiendo pensando que cada escalón fue un fracaso, necesitaba encontrarla, necesitaba saborearla, necesitaba que se enterara que existía…y hubo momentos que la alcancé, y ahora, a veces me visita, espanta a los fantasmas, y me abraza con su luz, le encanta quitarme los clavos y bajarme de mi cruz, me hace cosquillas y me maquilla, me pinta una sonrisa y hace que me brillen las pupilas…gracias, amiga…

Tarni.

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