viernes, 29 de abril de 2011

Hada Madrina


Una niña jugando a aprender a volar se encontró un mechero…”esto es de adultos asquerosos” pensó, y lo tiró hacia atrás con gesto desagradable. Al caer al suelo escuchó una explosión, volvió la vista atrás y apareció ante ella una figura humana…se frotó los ojos y vio a una mujer bellísima, desnuda, con dos alas enormes, mirada penetrante, sonrisa amable…
   La niña se abofeteó la cara un par de veces creyendo estar dormida, y sin despertarse, sonó una voz entrecortada preguntando “¿Qui…quién eres?”
-Soy tu hada madrina.
Salió a correr en dirección opuesta, el corazón acelerado, la respiración entrecortada, no pasaba el aire por su garganta…se escondió detrás de un árbol creyendo estar a salvo, pero aparecieron de nuevo esas grandes alas…
-No puedes huir de mí, ¡He venido a enseñarte a volar!
-¡No! ¡Es solo un juego! ¡No puedo volar! ¡No tengo tus alas! ¡Déjame! ¡Me estas asustando!
-Lo siento, no puedo, es mi misión, si quieres que me vaya no será tan fácil, tendrás que demostrarme que sabes volar y así yo volveré a mi mundo tranquila. Este juego que has empezado, si no lo terminas, marcará el resto de tu vida…
-¡Estás loca! Si intento volar de verdad, ¡Me mataré! Puedo mover mis brazos todo lo rápido que pueda pero es una locura… ¡Déjame! ¡Déjame! ¡Déjame! ¡Déjame!

Ring, ring…ring, ring…
   La niña se despertó con sudores fríos, ¡Uff! Solo era un sueño…Esa mañana, como todas las demás, escuchó a su padre borracho insultando al perro del vecino, cogió su mochila, le dio un beso a su madre que andaba aun en la cama con la mirada perdida, y se fue al cole.
   Pero desde aquel día, un simple escalón ¡lo saltaba! Miraba precipicios enormes en fotos…le obsesionaba subirse a lo más alto de las cosas…
   Creció y de su infancia solo recordaba pequeños detalles, soledad, la película de Mery Poppins, y ese sueño…lo recordaba con todo tipo de detalle.
   Huía de la soledad y la oscuridad…buscaba cariño ansiosamente, volaba de orgasmo en orgasmo, creyendo que era a lo más alto que una mujer podía llegar. Dejando a un lado de la cama su refinado comportamiento gemía, gritaba, se acariciaba, ataba, mordía, cerraba los ojos, se volvía egoísta, le importaba una mierda lo que la otra persona dijera o hiciera, ella mandaba, y así volaba…y, cuando aterrizaba, mandaba a paseo al personaje de turno que le había prestado las alas, y se dormía…
   Pero una vez no fue así…una vez no aterrizó, porque uno de esos personajes tocó su alma, y sin querer, se quedó dormida a su lado…Esa noche volvió a soñar, y apareció de nuevo su hada madrina. Ella, enfadada, le dijo:
-¿Qué haces aquí? ¡¿No te bastó con darme falsas ilusiones de pequeña?!
-Yo solo quería que volaras, ¡A eso jugabas!
-¡Eso! ¡Era solo un juego! Ya soy mayorcita para esas cosas…
-¿Seguro?
-¿Es que no me ves? Soy incapaz de amar, soy incapaz de ilusionarme, solo pienso en volar.
-Vuelas muy bajito pequeña…
-¡Tú! ¿Qué te crees? ¡¿Vienes a decirme otra vez la misma historia?! ¡No me llames pequeña! Llevo 30 años pensando en ti y tú con esa cara de saberlo todo ¿¡Tú que vas a saber!? ¿Sabes lo difícil que es volar sin alas? Mi única manera es el placer, el erotismo…y vienes a criticarme ¡Lárgate de mi vida y de mi mente!
   El hada, perpleja, lloró y dijo…no era esto lo que pretendía, solo he venido a hacerte una pregunta… ¿NO TE DISTE CUENTA DE QUE CUANDO ERAS PEQUEÑITA TE SALIERON ALAS?

  Y de repente se despertó…había un hombre con ella, abrazándola y mirándola, ella lloraba…y el hombre le preguntaba “¿Pero qué te pasa?...Miles de “ te quieros” se le pasaban por su cabeza, sin poder decir nada…se levantó, encendió un cigarro, miró al hombre…y este le dijo “¿Quieres que me marche?”
-No, esta vez no, quédate y abrázame….¿Cómo te llamas?...

Tarni.

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