sábado, 30 de abril de 2011

Cerca del séptimo cielo...

Cerca del séptimo cielo vive una dama de cabellos dorados, mas bien quemados por el sol, como una cerveza rubia que se calienta mas de la cuenta…fuma tabaco avainillado, para endulzar su triste aliento, mirando al cielo cuando nadie la ve, mirando al suelo entre grandes multitudes…
Siempre, después de ducharse, limpia sus espejos empañados, y odia su imagen, pues limpia, se ven las ojeras, restos dolorosos del pasado, y acto seguido, da volumen a su música, contorneándose al ritmo, olvidando lo vivido, aprovechando el presente, imaginando un futuro coloreado, sin prisas, con pausas, intentando frenar su ritmo cardiaco acelerado.
A la caprichosa vida le gusta jugar con ella a la “gallinita ciega”, le venda los ojos, y le da vueltas y vueltas, la marea, y después, la deja a su libre albedrío, que ella solucione la situación…y ella, con la vida juega a “un, dos, tres, chocolate inglés”, en cuanto no la mira y cuenta hasta tres ella avanza poquito a poquito, subiendo escaleras, trepando por piedras, y quedándose muy quieta si se gira, volviéndose de piedra, fría y cautelosa, mirándose fijamente a las pupilas, dilatadas, perturbadas, brillosas y algo mojadas…
Le encanta lo dulce, y aun mas lo salado, vive mareada, ya se ha acostumbrado…los médicos dicen que su historia da tantas vueltas, que para que se le quite ha de girar en sentido contrario…
Su triste caminar, amarrado a la rutina, viaja de un lado a otro, imaginando con rozar lo que sea lo opuesto a la soledad, su gran amiga, su condena, su debilidad…
Andando por senderos de soltería, se frustra con la simplicidad de las mentes masculinas…un escote, una buena sonrisa, y ya carta blanca para todo lo que pretende…no hay más, es tan simple y triste, que le aburre, no hay misterio, no hay morbo, no hay conquista, solo ha obtenido victorias sexuales, y terribles derrotas sentimentales. Tantas cervezas gratis, que ya ni a gloria le saben…
Tigre, fuerte, y majestuosa de día, pantera, escurridiza y elegante de noche, felina al fin y al cabo, gruñendo en cada reproche, aburrida de presas fáciles, prefiere pasar hambre, y ronronear sola cuando el sol se esconde…
Especie en extinción, que ella sepa, solo quedan dos…tienen el mismo olor…
Rauda y veloz, la verás correr delante de una hoz, pues el traje de madera que estrenará, aun ni se plantó!
Algo quiere expresar, que nunca nadie entenderá, levantando su falda se entretiene fingiendo amar, sabiendo que ella es un ángel que se cae, no caído, y su corazón una garra con uñas afiladas al que nadie se puede arrimar…


Tarni.

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