sábado, 30 de abril de 2011

Dulzura y fuego se retuercen por dentro

Una niña que juega a ser adulta,
una adulta que sueña con ser niña...
Imaginando que es una princesa de cuentos donde se comen perdices...se enamora de bestias, vuela en alfombras mágicas, se despierta con un beso, se hace trenzas para que trepen por ellas, y pierde un zapato siempre que sale de fiesta...por si alguno lo encuentra...
Come manzanas envenenadas de caramelo,
habla con sus candelabros, y estudia meticulosamente la manera de poner los pies en el suelo, elevándose en cada descuido,
buscando lobos feroces en el bosque del destino...
Asomada al balcón de su torre sopla las cenizas de historias pasadas...pero el viento sopla siempre en contra y se las estampa de nuevo en su cara!
Un dragón con ojos de fuego, guardián de su alcoba, custodia su alma...encadenada a su mesita de noche, donde la guarda, junto a su llave mágica...
Le divierte jugar al gato y al ratón, si le dices que se quede un rato más, se viste y se va!
Si quieres que te bese, pídelo, lo hará, no tiene reparos,
y por lo que veo tu tampoco…
¿Quieres que te mire? Dile algo interesante,
será capaz de hacerlo, pero no más de 10 segundos, que a partir de ahí se empieza a enamorar…
¿Quieres que se ría? Sonríele, o dile alguna guarrada,
¡Muy fácil lo conseguirás!
¿Quieres que baile contigo? Sola no puede, invítala a un par de copas más…
¿Quieres volverla loca? Susúrrale al oído lo que pretendes hacerle….se derretirá!
¿Quieres ponerla nerviosa? Mírala fijamente, un ratito,
le empezará a temblar la pierna izquierda, y sacará pecho para que apartes tu mirada de lo más profundo de su alma…
Solo un caballero que logre desnudarla sin quitarle la ropa la rescatará, ella tiene sus estrategias, la carne es débil, y lo sabe…y en su cintura encontrarás más placer del que puedas imaginar…sus sapo-príncipes no lo pueden evitar…caen en la tentación que ella les da, provocadora innata con sabor a manzana prohibida, castigada por deseos de lujuria, podrás jugar con ella a todo lo que quieras, te presta su cuerpo, su pelo, su boca, sus juguetes…pero con su corazón no, que se le ensucia, déjalo en su cajita, que es muy delicado, y si se rompe una vez más, ya no habrá quien pueda arreglarlo…
por eso vive sola en su castillo inmortal, custodiada por su dragón, regando sus enredaderas de rosas negras, viviendo su particular cuento, dejando largo su pelo, bebiendo dulce vino antes de irse a soñar…
Cada noche, mirando la luna, manda besos a su caballero imaginario, sabiendo que aunque exista, el también, tarde o temprano, sucumbirá, y ella sola otra vez se quedará!

Tarni.

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