Dibujame...

Coge lápiz y papel…y empieza dibujando mis pies,

píntame las uñas rojas, y me verás andar, bailar y corretear por tu folio,

libre, saltando por las esquinas, elevándome en cada caída…

Sigue por mis muslos, no tendrás ni que pintarlos, pues son de color blanco,

delgaditos y suaves, dales sombra si sabes, y los verás temblar con cada detalle,

ahora coge una pluma, y dibuja suavemente mi cintura, curvas que se deslizan

entre los dedos y la prisa,

mis pechos, píntalos a tu antojo, redondeando y dándoles forma, te iras calentando…

y para mis pezones, coge los colores, círculos pecaminosos rosas y rojos, apuntando

a tu corazón, a la defensiva, guardando un tesoro recelosos…

Coge ceras y pinta mi cuello, despacito, imaginándote mordiéndolo,

acaricia suavemente el papel, rozando con los dedos el perfil de mi tez;

para mis labios, usa acuarelas, pero deja el pincel a un lado, y usa tus manos,

pinta lo que quieras, pues siempre estaré sonriendo de medio lado,

sonrisa picaresca que aunque quisieras, no podrás borrar jamás.

Mi pelo, siempre alborotado, usa lo que prefieras para dibujarlo, ya que hagas lo que hagas,

aparecerá despeinado, mezcla de liso y rizado, un reflejo de mi personalidad indomable,

rebelde, y descuidado…

¿Y mis ojos? ¿De qué color quieres pintarlos? A veces verdes, a veces miel…

¿Cómo vas a expresar tanta desolación e ilusión a la vez?

¿quieres que te mire o lo vas a hacer mirando a la pared?

Si mis pupilas, negras y cristalinas, se clavan fijas en el papel, te olvidarás de todo lo demás

y te obsesionará la idea de darle lo que le falta y quitarle lo que le sobra…

una pizca de color y ya estará lista tu obra, y en tus sueños, cobraré vida,

encenderé una vela, y encenderé tu saliva, y entonces, aparte de color, también tendré sabor…

Tarni.