martes, 31 de enero de 2012

Realidad o ficción? he ahí la cuestión...

Éramos inexpertos…bueno, solo yo. Aquella noche me diste tu mejor marihuana, me llevaste al mejor descampado, y me pusiste aquella canción que hace que cada vez que la escuche me acuerde de tu pene. Yo estaba mojada, me temblaban las piernas, no podía pensar, solo acariciarte. Y tú hacías lo mismo, traficabas con mis sueños y deseos, rebajándolos hasta lo cutre y haciendo que me olvidara hasta de la triste situación.  Asquerosamente imperfecto era aquel coche-vertedero de fluidos, donde yo pude dominarte ya que el escaso espacio no dejaba otras opciones. Me comía tu boca a la vez que me tocabas el alma…ni por un segundo pensé…ahora que lo pienso. Mis movimientos eran sensualmente primitivos, y tú, te limitaste a observarme, me apartabas el pelo de la cara e intentabas mirarme a los ojos, yo nunca te dejé. Debatiéndome entre el deseo y las ganas las junté, y ahí me viste estremecerme mil y una veces.

Y ahora, mucho más sibarita, me pongo mis mejores galas íntimas, bebo vino en copa y sonrío fingiendo ser yo la experta, deseando volver a escuchar una canción que me recuerde aquella luna que alumbraba mis muslos moviéndose lentamente. Hago de recuerdos cenizas? Tú crees? Para nada…hago añorados tesoros, que a veces creo redescubrir, idealizándolos, y acariciándome imaginándote mirándome.

Y con el frío, sin chimenea, mi cuerpo añora las caricias, ¿qué importa ya si son reales o ficticias?


Tarni.

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